Lo fundamental es asegurarse que el paciente tiene diagnóstico de epilepsia antes de comenzar cualquier tratamiento antiepiléptico. El éxito depende de muchos factores: el tipo de epilepsia, el correcto diagnóstico y elección del tratamiento, y el cumplimiento del mismo por parte del paciente. Con un apropiado tratamiento, las crisis pueden ser completamente controladas en alrededor del 70% de los pacientes.
MEDICAMENTOS ANTIEPILEPTICOS
Los fármacos utilizados en el tratamiento de la epilepsia tienen por objeto controlar las crisis.
Los medicamentos deben tomarse todos los días de acuerdo a la orden del médico, entre dos a cinco años, si el paciente no repite las crisis.
La prevención de la repetición de las crisis permitirá que el niño o el adulto puedan llevar una vida normal y productiva.
Entre los medicamentos disponibles en Argentina para tratar las crisis se encuentran:
- Carbamacepina
- Fenobarbital
- Difenilhidantoína
- Acido Valproico
- Clobazán
- Oxcarbazepina
- Lamotrigina
- Topiramato
- Levetiracetán
- Zonisamida
- Eslicarbazepina
- Perampanel
- Brivaracetam
- Rufinamida
- Pregabalina
- Gabapentin
- Otros medicamentos utilizados solo en situaciones especiales incluyen vigabatrina, felbamato, sultiamo.
El medicamento utilizado dependerá de la clase de crisis que el paciente tenga. Debe tenerse en cuenta que cada persona reacciona a las medicinas de diferentes maneras, por lo tanto el médico necesita algo de tiempo para encontrar el tipo de medicamento y la dosis adecuada para cada paciente. La persona con epilepsia no debe modificar la dosis, o suspender bruscamente porque las crisis podrían repetirse y ser más serios, prolongados y de difícil control. Siempre se debe comenzar el tratamiento con un solo medicamento, si no previene las crisis se modifican las dosis o se cambia la medicación y, finalmente, se asocia otro u otros fármacos.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS MEDICAMENTOS
Todos los medicamentos pueden provocar efectos adversos, también los antiepilépticos, aunque muchas personas las toman por tiempo prolongado sin presentar ningún problema. Ciertos efectos secundarios tales como sentirse cansado o mal del estómago se manifiestan al inicio del tratamiento y son transitorios, desapareciendo a medida que el organismo se va acostumbrando. Otros efectos no deseables son debidos al uso de dos o más medicamentos por lo cual puede haber interferencias entre ellos. Algunas personas sufren reacciones alérgicas sobre todo en la piel, aún tomando poca cantidad de la medicación. Como cada medicamento puede tener sus efectos no deseados, es importante preguntar al médico qué debe se esperar u observar cuando se el inicia el tratamiento con una medicación y qué se debe hacer si aparecen complicaciones.
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA QUE EL TRATAMIENTO SEA MÁS EXITOSO?
Estas son algunos puntos que pueden hacer que el tratamiento sea más exitoso:
1. Pregúntele a su médico que pasa si se olvida de tomar la medicación.
2. Nunca deje de tomar la medicación bruscamente, esto le puede provocar crisis serios que sean riesgosos para su vida y que necesiten atención médica urgente.
3. Cuando usted o su hijo reciban medicamentos y no se sientan bien de salud comuníqueselo a su médico.
4. Cuidado con el alcohol, éste puede interferir con los medicamentos.
5. Duerma el tiempo necesario y no acumule falta de sueño.
6. Concurra siempre a los controles.
7. Cuente a los médicos que usted está tomando medicaciones para las crisis en caso de recibir otros tratamientos o de realizar una cirugía.
8. Anote en un papel el nombre del medicamento, la dosis que toma y guárdelo en un lugar seguro.
EL PAPEL DE LA CIRUGÍA EN LA EPILEPSIA
La cirugía de la epilepsia es un procedimiento complejo que sólo debe realizarse en centros con experiencia y recursos adecuados.
El requisito principal para un tratamiento quirúrgico es que la epilepsia sea focal, es decir, que las descargas eléctricas anormales comiencen en un lugar localizado del cerebro. El procedimiento quirúrgico consiste en la extirpación total o parcial de la lesión focal o tejido anormal del cerebro responsable de las crisis. Lógicamente para ser candidato a la cirugía, la epilepsia tiene que ser incontrolable con medicamentos y, además, que el foco de tejido cerebral a extirpar sea accesible y no esencial para la realización de una función importante, como el habla o la memoria.
Hay dos tipos esenciales de cirugía de la epilepsia, los procedimientos paliativos (que pueden ayudar a mejorar, pero no necesariamente curan) y los potencialmente curativos.
Entre los procedimientos paliativos, se encuentra la callosotomía, la cual se indica en pacientes con crisis caracterizadas por caídas bruscas con perdida de conciencia, repetitivas e incontrolables con la medicación, por lo general vistas en el Síndrome de Lennox Gastaut.
Entre los procedimientos potencialmente curativos, se encuentran las lobectomías (resección de un lóbulo o parte de un lóbulo) y las lesionectomías (resección de lesiones visibles en la resonancia magnética). Para poder realizar este tipo de cirugías la zona que genera la epilepsia debe ser correctamente determinada con el uso de VideoElectroencefalograma, Resonancia Magnética de cerebro y, en ocasiones, estudios más invasivos como puede ser la realización de video-EEG con electrodos intracraneanos.
Debe resaltarse que aún cuando un paciente logre estar libre de crisis después de la cirugía, debe continuar tomando medicación anticonvulsivante por un tiempo a determinar por el neurólogo.
ESTIMULACIÓN DEL NERVIO VAGO
Otra opción es la implantación de un electrodo para estimular el nervio vago. La estimulación del nervio vago es un procedimiento que puede ser eficaz para el tratamiento de la epilepsia resistente al tratamiento con fármacos y puede estar indicada en aquellos pacientes con contraindicación a la cirugía convencional o que no quieran someterse a un procedimiento quirúrgico en el cerebro.
El mecanismo de acción de la estimulación vagal no se conoce aún completamente, pero se cree que podría tener que ver con la acción que tiene este nervio sobre diferentes zonas del cerebro entre las que se encuentran el hipocampo, la amígdala el tálamo y la corteza, que están a menudo implicadas en la epilepsia.
Debajo de la piel (a la altura de la clavícula) se implanta un generador de impulsos que es un dispositivo similar al de los marcapasos cardiacos, del que parten unos cables que terminan en unos electrodos que se aplican al nervio vago a nivel del cuello.
La experiencia actual demuestra que la eficacia del estimulador vagal es más marcada después de un tiempo prolongado de uso, cuando muchos pacientes notan una mejoría tanto en las crisis como en su estado de ánimo.
ESTIMULACIÓN CEREBRAL PROFUNDA
La estimulación cerebral profunda es otra alternativa terapéutica que puede ser eficaz para el tratamiento de la epilepsia resistente a fármacos Esta indicada en un grupo particular de pacientes, y consiste en la implantación de un electrodo en el núcleo anterior del tálamo. Puede producir un gran impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes y favorecer a la disminución del número de crisis.
DIETA CETOGÉNICA
Está indicada en epilepsias refractarias severas, sobre todo en niños. Con buenos resultados en cuanto al control de crisis. Es una dieta alta en grasas, adecuada en proteínas y baja en hidratos de carbono. También se puede utilizar la dieta cetogenica modificada en pacientes adultos con epilepsia refractaria. Debe ser llevada a cabo por un equipo multidiciplinario, ya que uno de los principales problemas es el correcto seguimiento, para poder mantener los efectos deseados.